Superficies

 



    La arquitectura ha cambiado mucho a lo largo de los siglos, pasando de estructuras cerradas y pesadas a diseños más abiertos y dinámicos. La comparación entre los dos edificios de Boullée y Utzon refleja esta evolución en la forma de entender la superficie. Mientras que el diseño de Étienne-Louis Boullée para la Ópera de París se apoya en muros gruesos y una estructura cerrada, la Ópera de Sídney de Jorn Utzon apuesta por formas más ligeras y abiertas. Esta diferencia no es solo cuestión de estilo, sino también de avances en materiales y en la manera de pensar los espacios. 

     El proyecto de Boullée, del siglo XVIII, muestra una arquitectura donde la superficie es sinónimo de solidez y permanencia. Sus muros gruesos y cúpulas pesadas crean una sensación de estabilidad, con pocas aberturas y una estructura que se siente hermética. Esto se relaciona con la idea de que “la superficie es una magnitud y un atributo general de todos los cuerpos que expresa los límites de la extensión de estos” y que “demarca el fin de un cuerpo y el inicio de otro en dos dimensiones” (Superficies). En este caso, la superficie es un límite claro y bien definido que separa el interior del exterior, marcando la estructura como un objeto imponente y autosuficiente.

     En cambio, la Ópera de Sídney, construida en el siglo XX, juega con una idea diferente de la superficie. Sus cubiertas parecen flotar, dejando entrar luz y aire, y conectando el edificio con su entorno. En lugar de ser un límite rígido, la superficie aquí se convierte en una serie de capas que dialogan con el espacio exterior. Como dice su propia etimología, “la palabra ‘superficie’ proviene del latín ‘superficies’, que significa ‘lo que está arriba’ o ‘encima’” (Superficies). En este sentido, las cubiertas de la Ópera de Sídney no solo delimitan el edificio, sino que lo definen visual y funcionalmente, dándole movimiento y ligereza.

     En definitiva, la forma en que se usa la superficie en la arquitectura ha cambiado con el tiempo. Mientras que en la tradición clásica servía para dar estabilidad y separación, en la arquitectura moderna se usa para integrar el edificio con su entorno y hacerlo más dinámico. Este cambio no es solo técnico, sino también una nueva manera de entender el espacio y la relación entre las personas y la arquitectura.


Referencias:


4146 -- surfacing — 4213-4146


Prof. Isado

Shirley Ortiz, Kamila Tavarez, Bárbara Vazquez

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